“Hay cosas que, por estar tan presentes en los actos cotidianos, ni siquiera nos damos cuenta de que existen. A pocos se les ocurre pensar, delante de un plato de pescados, verduras, carne o una atractiva fruta, que detrás hay todo un proceso, no sólo para pescarlo, plantarlo, criarlo o procesarlo, sino para proteger ese alimento y hacerlo seguro. Es la ausencia de seguridad en los alimentos la que salta a la actualidad, despierta el interés mediático, preocupa al ciudadano y genera alarma social. Los alimentos que consumimos todos los días, todos los ciudadanos, hasta tres o más veces al día, todos los días del año, van acompañados de estrictos controles y son el resultado del trabajo desempeñado por muchas personas para hacerlos aptos para el consumo”.
(NEIRA, M. AESA, 2003)